2 de septiembre de 2012

04. "Ellos."





Niall estaba nervioso. No sabría explicar por qué, pero tenía las manos cubiertas de un molesto sudor frío, y no podía estarse quieto.
-Muy bien chicos, estáis todos presentables- dijo Harry, mientras los volvía a repasar con la mirada, uno a uno. Louis llevaba unos pantalones grises y una camisa blanca, con unos tirantes que estaban bajados. Niall llevaba unos pantalones de color crema, con un polo azul marino. Se desabrochó un par de botones del cuello; tenía calor. Liam iba con su clásica camisa de cuadros, de distintos tonos azules, y unos pantalones blancos. Harry llevaba unos pantalones y una camiseta blancos, y una americana azul claro. Y Zayn... Zayn era un caso. Podía pasarse dos horas delante del espejo todos los días, pero bastaba que los demás le dijeran que tenía que ponerse elegante para cualquier cosa, que él no lo hacía. Así que esta vez llevaba unos pantalones negros con una simple camisa blanca, medio desabrochada, y con las mangas dobladas hasta el codo.
-Joder Zayn, siempre tardas una hora en vestirte y hoy has cogido lo primero que has visto, ¿no? ¿Tanto te cuesta ir a cambiarte?- le dijo Harry, con tono enfadado.
-Por enésima vez, no me voy a cambiar. Son dos simples chicas, ¿qué más da?
Harry suspiró, y lo dejó en paz. Niall volvió a dar una vuelta sobre sí mismo, despacio. Miró su móvil. Las ocho y diez. Tenían que estar a punto de llegar. No podía entender por qué estaba tan nervioso. Como había dicho Zayn, solo eran dos chicas. Pero Harry no había parado de decirles que no eran como las demás, que no eran las típicas fans histéricas con las que habían tratado. Había dicho que una era rubia, y otra pelirroja, y que ésta última tenía bastante carácter, aparte de todas las otras cosas típicas de él que había dicho. Que si las dos estaban tremendas, que si una tenía un culo increíble, que si la otra era muy sexy... Y por la forma en la que hablaba, se le notaba que había algo, con la pelirroja. Algo que iba un poco más allá de querer, simplemente, acostarse con ella. Le había picado la curiosidad por esa chica, y aunque había intentado ocultarlo, todos se lo habían notado.
Niall sentía curiosidad por la otra, por la rubia. Por lo poco que Harry les había contado, tenía que ser una chica increíble. Y Niall no podía esperar para conocerla.
-Recordad, la rubia es Liss y la pelirroja es Alex. Y Alex... me la he pedido yo, ¿de acuerdo?- ya estaba, por fin lo había dicho. Niall puso los ojos en blanco. Solo Harry era capaz de eso. De acostarse con una chica sin saber ni su nombre, o de invitarla a cenar si se le resistía. No había explicación posible para eso. Simplemente, era Harry.
De pronto, sonó el timbre, y Niall pegó un respingo. Fue a abrir la puerta, rápido. Se secó las manos en el pantalón, giró el pomo, y sonrió.
Allí estaban. Al principio, solo vio a Alex, que alzó los ojos hacia él y le sonrió.
-Hola, Nialler- dijo, mientras le abrazaba. Él correspondió al abrazo, como siempre hacía. La invitó a pasar, y él se giró mientras veía como ella prácticamente saltaba a los brazos de Louis. Miró a Lissa. Y, al instante, se quedó embobado. No podía ser. Simplemente, no podía ser.
Ella lo miraba, con una ceja enarcada, y sus ojos café muy abiertos. Solamente lo miraba.
-E-eres N-Niall Horan.- dijo. No lo estaba preguntando, lo estaba afirmando. Lo había dicho en alto porque no terminaba de creérselo. Tal vez estuviera soñando, y él se desvanecería en cuanto ella diera un paso adelante para abrazarlo. No tenía nada que perder.
Liss lo abrazó, le rodeó el torso con los brazos y enterró la cara en su hombro. No podía ser, no podía ser que lo estuviera abrazando. A él. A Niall.
Por su parte, él se tragó toda la timidez de golpe, y la rodeó con sus brazos. Qué bien olía.
El tiempo se les hizo corto a ambos, y cuando se separaron, al oír la voz de Liam, pensaron que sólo había sido un segundo.
-Ey, chicos, ¿entráis?- preguntó, con una media sonrisa. Lissa se sonrojó ligeramente, y entró delante de Niall. Liam se lo quedó mirando. Él también se había sonrojado.
Liam conocía a Niall más que a nadie en el mundo, y solía saber cómo se sentía con tan solo mirarlo. Rió para sí mismo. Sabía que Niall creía en el amor a primera vista, pero nunca hubiera imaginado que le diera tan fuerte. Si no estaba ya profundamente enamorado de la rubia, al final de la noche lo estaría. Simplemente, Liam deseó que aquello no le trajera problemas a su pequeño irlandés.
El ambiente en el salón, donde ya estaban todos, era cálido. Las chicas ya se había acomodado, y reían con ellos como si los conocieran de toda la vida. Liam notaba cómo Harry estaba más callado de lo normal, y le echaba algunas miradas furtivas a Alex.
-La casa es enorme. Habíamos visto algunas fotos, pero nunca nos la imaginamos así- dijo ella, paseando la vista por el salón.- Es tan grande como nuestro edificio, seguro.
Louis rió.
-Bueno, está hecha para cinco tíos adolescentes. Necesitamos nuestro espacio.
-Juraría que la mitad de vuestros apartamentos los ocupan los vestidores.
-No exageres. Luego os los enseñamos- dijo Lou, con una sonrisita.
-Bien chicas, ¿tenéis hambre?- ese era Liam, siempre tan responsable. Alex miró a Liss.
-Ella tiene hambre- dijo, como si nada. No le había preguntado, simplemente la había mirado, y ya sabía si tenía hambre o no. Todos la miraron, desconcertados.- No le leo la mente, eh, es que siempre tiene hambre- contestó, ante las incrédulas miradas de los chicos.
-Hemos encargado la comida a un italiano, sabéis que somos un desastre en la cocina- dijo Liam, con una pequeña carcajada.- Espero que os guste.
-Hum, pasta. Por supuesto que nos gusta- dijo Alex.
Fueron hasta el comedor, donde se sentaron en la amplia mesa, mientras Liam y Louis traían las bandejas.
Minutos después, todos estaban atacando la comida, mientras reían a carcajada limpia por culpa de las tonterías de Louis.

                                                                            ***

Alex se lo estaba pasando en grande.
No había querido ir a la cena; no había querido hacerse falsas ilusiones yendo a cenar con sus ídolos, y que al final resultase que no eran como esperaba.
Pero, sinceramente, eran totalmente como esperaba.
Congenió con Louis desde el principio. Siempre le había fascinado la personalidad de Louis. Infantil, sincero y abierto, así era él. Pero Alex podía ver que era más maduro de lo que pretendía aparentar. En cierto modo, se sentía identificada con él. Así que cuando vio esa sonrisa pícara delante de ella, no pudo resistirlo, y lo abrazó lo más fuerte que pudo.
Louis emitió un sonido muy gracioso, como si se estuviera ahogando, pero la abrazó casi igual de fuerte.
-No me puedo creer que te esté abrazando- dijo Alex. Estaba emocionada, y las palabras le habían salido solas. La fachada de indiferencia y monotonía que había planeado mantener durante toda la noche se desmoronó, solo con abrazar a Louis. Porque, al fin y al cabo, ¿quién no estaría emocionado al conocer a sus ídolos?
-Alex, me estás estrangulando.
Ella se separó de él, con una pequeña sonrisa.
-Vaya, veo que no me hace falta presentarme.
-No, créeme, no es necesario- le contestó Louis, echándole una fugaz mirada a uno de los chicos, que estaba más alejado, y al que Alex se negó a mirar.
Abrazó a Liam y a Zayn, intentando controlarse un poco más. Realmente, todo eran muchísimo más guapos en persona.
Y llegó hasta Harry. Lo abrazó, con una sensación incómoda en el estómago. La tensión que había entre ellos era tan densa que parecía que podía respirarse. Alex no tenía ni idea de lo que les habría contado a los otros chicos sobre ella, pero deseó que no fuera muy malo. Aunque bien se lo  merecía.
Alex no sabía qué pensar. Simplemente, un cúmulo de sensaciones se mezclaban en su interior, y ella intentaba encontrar algo lógico a lo que aferrarse.
Harry la cabreaba. Muchísimo. Y no sabía por qué, pero era así. Se había fijado en él desde el principio, desde que los descubrieron en Factor X; cuando él aún tenía una apariencia dulce y hasta cierto punto inocente.
Luego, se había convertido en el cerdo sexista que era hoy.
Los rumores desfilaban, uno tras otro, sin descanso. Modelos, cantantes, presentadoras, chicas a las que no se les pudo poner nombre... Harry parecía encontrar terriblemente divertido el acostarse con cualquiera que estuviera a su alcance. Y Alex no podía encontrar eso más despreciable.
Pero era jodidamente sexy.
Alex no podía pensar en otra cosa.
La sacaba de quicio, sí, la irritaba, pero a la vez la atraía.
Con aquella voz tan grave que tenía, aquel modo de hablar suyo, lento, arrastrando las palabras, y aquellos rizos, y aquellos ojos...
Alex se dijo que no debía pensarlo, pero no podía dejar de hacerlo. Era sexy. Mucho. Más que cualquier chico que ella hubiera conocido en toda su vida. Y él lo sabía.

                                                                               ***

Después de que Liss y Niall hubiesen acabado con la mitad de la comida, volvieron al salón, y se acomodaron en los cómodos sofás.
-Ay, Dios, estoy llena- gimió Alex, apoyando la cabeza en el hombro de Liss.
-Tampoco has comido tanto- Alex se incorporó para mirar a Liss, y le lanzó una mirada asesina.
-Claro, es que tú y el señorito rubio de ahí acabasteis con las existencias.
Liss puso los ojos en blanco, y Niall rió. Realmente comía como si fueran diez personas.
-¿Qué hacemos ahora?- preguntó.
-No querrás comer más, ¿no?- le preguntó Alex. Él volvió a reír. Alex comprobó, complacida, que sus ojos brillaban, y sus mejillas cogían color cuando se reía. Era encantador.
-No, me he llenado con el postre.
-Niall, ¿me traes una guitarra, por favor?- preguntó Liss. Alex la miró sorprendida. Un momento después, comprendió lo que quería.
-Oh, no, no. Por favor, Liss, no- rogó Alex. Por el rabillo del ojo, vio cómo Niall se levantaba y salía, pero ella seguía mirando a Liss a los ojos, intentando que ella se diera cuenta de que no sería capaz de cantar. No delante de todos ellos.
-Por favor, Alex. Sabes que siempre quise hacer esto. No pasará nada, de verdad- la mirada de Liss era realmente suplicante. Alex se mordió el labio.
-Sabéis que no nos estamos enterando de nada de lo que decís, ¿verdad?- interrumpió Harry con voz perezosa, arrastrando las palabras. Alex lo miró mal.
-Creo que tienen telepatía- dijo Louis, en tono confidencial. Alex lo miró mal también a él.
-Venga, Alex...- Liss ignoró a Harry y a Louis- Porfa...- dijo, como una niña pequeña. Alex resopló, se apoyó en el respaldo del sofá y se cruzó de brazos. Liss soltó un gritito de alegría y la besó en la mejilla.
-Yo sigo sin entender qué vais a hacer- Louis, otra vez.
-A ver, si le he pedido una guitarra a Niall no será para hacer malabares con ella, digo yo. Piensa un poco- le contestó Liss, y Louis le echó la lengua.- Por cierto, ¿dónde está Niall?
-Subió a su apartamento, a buscar la Taylor.
-¿L-la Taylor?- Liss parecía realmente sorprendida. Sabía que era la guitarra favorita de Niall, la que usaba en la mayoría de los conciertos. La idea de que se la iba a dejar a ella hizo que sus mejillas se tiñeran de color.  Louis la miró, divertido.
-Deberías sentirte orgullosa. Niall no le deja esa guitarra a todo el mundo. De hecho, ni siquiera nosotros podemos tocarla.
-Bueno, eso no es tan extraño. Yo tampoco os dejaría tocar mis libros.
-Dios, ya estamos- dijo Harry, mirando al techo. Alex le dirigió una mirada furibunda, pero, antes de que pudiera contestarle, apareció Niall, con la funda de la guitarra a la espalda. La dejó en el sofá, al lado de Liss, y le sonrió mientras cogía la guitarra y se la pasaba.
-Gracias- dijo ella, aún sonrojada. Le echó una mirada a Alex, y se sentó en el borde del sofá. Empezó a tocar unos acordes, aparentemente al azar, pero que Alex reconoció en seguida. Aquella canción le traía tantos recuerdos... El sol, la arena, el mar más azul que había visto nunca... Risas, canciones compartidas alrededor de una hoguera. Aquellos amigos italianos que habían hecho, aquellos que no iban a olvidar nunca.
Aquel inesperado regalo de graduación, dos semanas en Capri con Lissa. Los recuerdos aún estaban frescos en su mente, aquello había sido tan solo tres meses atrás...
-Alex, despierta, vuelve con nosotros- la irritante voz de Harry la sacó de su ensoñación, y descubrió que todos la estaban mirando fijamente. Miró a Liss.
.¿En serio quieres cantar esa canción?
-Ajá. Pero, si te molesta, podemos...
-No, déjalo, está bien.
Alex respiró hondo, y fijó la vista en la guitarra. No tenía que hacer ningún esfuerzo para recordar la letra. Se concentró. Las primeras notas tenían que salir firmes, si no era muy difícil continuar con el resto de la canción. Vio la sonrisa de Liss, y se decidió.

'I am at a payphone, trying to call home...'


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¡Bueeeeeeeeeeenas!
Sé que, para empezar, este capítulo es larguísimo, pero no sé cuándo podré volver a subir. Veréis, mi ordenador está, literalmente, muerto. Y eso es un gran, gran problema, porque yo estoy muy emocionada con la historia, y ya la tengo prácticamente toda. En mi cabeza, claro. Aunque también tengo fragmentos y frases y cosas en mi libreta de escribir (no preguntéis). Y además mi madre dice que de momento no va a comprar un ordenador nuevo, cosa que no entiendo, porque en cuanto empiece el colegio nos va a hacer falta, y este como que no da para mucho. Así que estoy muy angustiada. Por lo menos, espero que mi Viki no me mate. Ah, no sé si os lo había dicho, pero Liss está inspirada en ella, en Viki, mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Aunque ella está totalmente loca por Liam, me hacía muchisísima ilusión ponerla con Niall, porque Niall es tan... ays... tan dulce, y tan... Eso.
Bueno, amores, os dejo. Gracias por vuestra paciencia.
Os quiero <3